(Puente del Arzobispo)

I

Dos arcos blancos extendidos

al pasar entre ellos

puedes ver escenas de la ciudad

a través de un sepia remoto

en cámara lenta

.

El rio no es más que 

un serpenteante flujo

que mueve la manivela

y hace que las escenas tengan vida:

gente que parece flotar

autos que parecen volar

edificios que parecen caer

.

Este es un cine al aire libre

sin boleto de entrada

solo debes atreverte a cruzarlo

si tienes suerte puedes

verte reflejado en alguno

de los cuadros 

que el rio se lleva

y nunca regresa.

.

II

A unos pasos

el infausto monumento

apunta hacia el poniente

así como el río fluye hacia el mar

éste lo amenaza

con su racimo de bombas 

con su pico de águila enlatada

con su aerodinámica forma de caer

con su base de piedra sintética

con su inutilidad 

                        al borde 

                                   de la desaparición.

.

III

El cerro San Cristóbal

ha comenzado a secarse

su verde piel descascarada

deja ver sus huesos de roca

.

La virgen inerte

en la cumbre cierra los ojos

prefiere mirar hacia arriba

hacia abajo

solo ve nubes grises

que ella no puede limpiar

.

Los hombros del santo Cristóbal 

heridos por una fila de antenas espinas

espían y expían los pecados del valle

.

El cerro desollado

brilla todas las tardes

y los animales del zoológico

sueñan algún día habitar sus laderas secas

sedientos, 

                        pero libres.