Con su mirada de café intenso
Me observa al pasar
Para los demás es invisible
.
Descansa bajo la figura del león alado
En la Parroquia el Buen Pastor
San Marcos lo acaricia sin que nadie lo note
.
No busca quien lo guíe
Aunque tiene aspecto de oveja pobre
Y descarriada
.
Su batalla es mundana:
Un poco de comida
Un poco de agua
.
Hace tiempo no he sabido nada de él
Añoro su silueta de peluche sucio
Y sus ojos tiernamente desorbitados
.
Tal vez San Marcos
Se lo llevó un día con él
Y ya le han crecido alas.