Del averno bacos faunos y ninfas

En la medianoche de brujas y

Desconocidas ninfas del asfalto

Tú descansas recostada en el farol

Virreinal que apenas con su flama

Anémica trata de alumbrar las calles

De una Lima bastarda e infernal

Llena de pulgas sarnas y piojos

Con taxistas salidos recién de presidio 

Queriendo ganarse alguito con los

Ebrios parroquianos que van dejando las

Hojas manuscritas de sus vidas en cada 

Esquina olvidada llenas de charcos 

Pestilentes cual espejos turbios que 

Surgen sobre las aceras carcomidas y

Donde algunos incautos sin darse cuenta 

Sumergen sus zapatos gastados 

Qué diablos importa si esta sucia

Ciudad nos cobija por algunas horas 

Para dar nuestro último aletazo de vida

Ahogándonos en este hedor por algunos 

Breves instantes mientras la otra

Sílfide nos llama para tomarse unos 

Tragos de veneno y calmar la sed de sus

Entrañas carcomidas por la muerte

Mientras pasa el tiempo malgastado

Nos toca abrir las puertas del Infierno 

A un peso y medio la entrada

Averno con don satán y su larga cola roja 

Sacando las cerbatanas heladas para hacernos

Eclosionar en el letargo inconsciente

Mientras su comparsa diabólica de satén 

De sonrisa maquiavélica nos abre las mil 

Maravillosas delicias de su residencia infernal

Falta Kerouac y Bourrougs para incitarnos 

Al tour del laberintico camino del minotauro.

Los invitados vampiros de esa noche junto 

A emos metaleros lesbis y otros 

Alaban la gloria omnipotente 

Del infinito libre albedrio.