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Revista de Poesía y Arte ISSN 2735-7627, Primavera Año 3. Nº9, octubre 2022

Escritura de lo que ya no es nada

I

pronto llegó el sordo silencio y nadie pudo jamás 

localizar la exactitud del llanto

el sonido se iba de entre los dedos 

se iba de entre los muslos

se iba,

II

ser nombrados en nuestra mudez más íntima 

nos es definitivo,

pienso en la vertiginosa palidez y en los años en que uno

es dueño de nada, pienso en el tamaño y en el peso del silencio,

nunca me detuve a mirar que la vida era justamente yo, 

equivoco nombres y fechas, equivoco frases de despedida,

parece que los paisajes fueran inútiles porque no entusiasman a nadie,

agito tantas veces el pañuelo y ni siquiera sé de qué y de quién

me despido, ni siquiera me reconozco en el rostro de lo que se fue,

mucho menos en el rostro de lo que ahora amanece,

III

se conoce que en lo alto está el desastre, ahí los cuerpos 

jamás se entrenan para la muerte,

hubo noches en que hablé de las estrellas, el hondo cielo 

cantó para mí, cada nota me la tragué sin que lo supieran,

fui lo que era y para no sangrar inventé una fachada metálica,

quedé abierta a una lejanía que me acercó a ninguna parte, 

creí que mi corazón era infinito y sobre la mesa coloqué

mis naufragios y la esperanza de llegar a puerto, ante tanta caricia

detenida fui en busca de nuevos escenarios porque ni todo el 

cielo ni todas las estrellas bastaban, aprendí a mentir porque las

nubes no eran naves porque las barcas no eran barcos y porque

me quedé sin rosas ni espinas, hice muchos intentos, pero se acercó 

el mar, no fue fácil nadar entre las olas ni lo serán los próximos

naufragios,

IV

la certeza es una desesperanza que retumba,

no quiero palomas estranguladas 

ni zapatos inútiles

ni cinturones anchos,

ni cosa que huela a humedad, 

es el paso final de una pisada 

la asfixia aplasta la imaginación 

estoy con una muerte muda,

V

octubre de nuevo, la calle,

otra vez la pájara muerte trepa a las azoteas,

en este mudo corazón,

anochece

sorprende mirar con desesperación, 

nada ni nadie se atreverían a interrumpir 

las consecuencias de tanto paisaje, 

amanecer es complicado,

VI

hoy como cualquier noche de lo único que se trata 

es lidiar cara a cara con la propia escritura, este acto

tiene la edad de la primera conversación, uno tiene que

alumbrar con la palabra exacta el pasillo, hay que 

convocar a ciertos demonios y buscar la frase que antes 

de llegar se extravió,

arrancarnos ciertas palabras saber

que toda escritura se reduce a yo, 

es difícil contar nuestras tristezas 

una se nos escapa siempre,

qué nos importa aquél o aquella 

si vivimos acosados por yo,

la trampa es de carne 

la celda la soledad

es mí

al borde de lo que no es,

la exactitud

en los cuerpos ajenos

en las gargantas que no son

en los ombligos que no son,

VII

algo se impone justo en esa coordenada en donde lo 

que sucede una vez, sucede para siempre,

o acaso lo que existió ya no ocurre 

es nada

y no tiene voz 

lugar

ni nombre,

acaso los muertos no mueren para siempre, 

pido que me visiten

beber vino y jugar al juego de la escritura, 

mis dedos apenas recuerdan

que hubo algo

que ocurrió alguien, 

me veo un cansancio

me veo mirándome a deshoras, 

acaso mañana

yo

habrá de morir para nunca,

aún quedan tardes en los bolsillos 

aún las ramas de la noche

se sacuden a la muerte muda, 

tengo mis ojos entregados

no hay letra ni frase que puedan leerse

hay cientos de signos 

disfrazándose

desdibujándose,

soy la memoria más próxima 

de aquello que transgrede

y seduce

aun sabiendo que escribir 

es un acto desanclado 

donde yo

no existe,

escribo para explicarme, 

explicación que decualquier modo, 

siempre escapa

VIII

…hubo un temblor y eso bastó para existir mi mundo 

adentro un tibio tacto, húmedo,

afuera el corazón del sol,

respirar fue de lo más difícil,

no sé con qué ternura pagarte o pegarte

salir,

fue saber que ya eres otro,

IX

de todos los milagros el más cotidiano fuiste tú, 

el más complicado también fuiste tú

me gustó saberte

siempre al alcance de mis dedos

por las tardes tus ojos se abrían anchos

y le dabas vueltas y vueltas a tu corazón

una de esas tardes 

te vi, te supe frágil

y mientras tú llorabas con todas tus sonrisas 

yo

me senté a reír desconsoladamente,

X

si la muerte no tiene remedio 

para qué llorarte para qué

para qué querer que existas 

si ya no tienes remedio

y si ya no existes 

no comprendo

para qué me dueles

hoy no quiero hablar de tu cuerpo,

ni de tu manos,

ni de tus cabellos, 

ni de tus vestidos, 

ni de tus flores,

ni de tu elegancia,

ni de lo bonito que eran

 tu vientre

y tus senos

quiero hablar de lo único que no se hizo polvo, quiero hablar de ti,

XI

Te admiré por vertiginoso,

tuvieron que pasar ochenta y tres días 

y ochenta y tres noches

para que yo te mirara caer, 

me he vuelto mayor,

ahora me hago cargo de mis cosas, 

y hasta de mi admiración,

ahora te digo, mil veces me enamoré

supe que me hacía mayor,

el día en que me atreví y te dije que de esas mil, 

al menos siete te odié,

sé que muchas páginas he querido verte,

sé que te terminaste y que me la he pasado

haciendo trazos de ti,

sé también que sin quedarte te quedarás conmigo, 

que te dolí y que me doliste,

sé que te quise ancho, erguido 

y que nunca te dejé caer,

tuve que aprender a explicarte en azul, 

amarillo y verde,

sábete que te quiero frágil, 

que te quiero nardo,

que te quiero todo,

sábete que me alegras y me dueles,

apaciguadamente odiado

y alebrestadamente amado, 

sábete hacedor de mi alfabeto 

y vientre de todas mis batallas, 

sábete que estuviste y estuve,

sábete impuro porque soñé deseo,

sábete victorioso porque fuiste irrevocable, 

sábete tierno,

bello,

sábete lo que más te urja, lo que tú más quieras, 

pero lo que urge (por si vuelves)

y lo que yo quiero (por si no lo sabes) 

es contarte que ya no estoy donde ti, 

encontré otro mar

un mar tal vez no con la exactitud de tus olas

ni de tu ternura, ni de tu tempestad, 

ni de tu exacta muerte

pero es mi mar

pero es mi exactitud,