Cuando Él murió
Bueno, en realidad
cuando lo matamos
Después de mucho
llorar y lamentarnos
por esta huerfanía
Corrimos a pedirle
que nos perdonara
que volviera a la vida
Pero se negó
a resucitar
el muy cabrón
Como dijo Huidobro:
“Desde hoy nuestro deber
es defenderte de ser Dios”