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Revista de Poesía y Arte ISSN 2735-7627, Primavera Año 3. Nº9, octubre 2022

Risotto al azafrán

El hambre es un incendio frío.

-Pablo Neruda-

Advertencia

[Las letras están hechas para ser cocidas]

No es fácil cocinar

se necesita ráfagas de contemplación,

habilidad aritmética

y

dulzura hiriente. 

Ingredientes [2 comensales]

Solamente cede

el límite de los ingredientes

marcados a fuego lento

sobre la voz de tu fuente,

sobre la historia escrita en tus palmas,

hasta percibir el carácter

siempre inocuo

para no perder el sabor.

✔ Mantequilla

Sus ojos derramaban estrellas

que brillaron hasta hacerse un firmamento.

Él cruzó los desiertos de la vida

dejando un tibio rastro

mientras descubría su camino.

✔ Cebollas picadas

Aún estoy

en el aire que se filtra en el rincón.

Soy

el pañuelo olvidado en el armario,

la lenta rutina que seduce,

la temida barbaridad del olfato.

✔ Queso parmesano recién rallado

Me escurro mortífera

sobre tu cabeza

recorriendo rápidamente

hasta tus huellas dactilares

y

miras aplicadamente el suelo

orgulloso sin sacar tu paraguas.

✔ Caldo de ave

Callada entre los gritos permanece

dentro tuyo nuestra sombra

como una sopa mal cocida

sin sabor ni consistencia.

✔ Aceite de oliva extra virgen

Las acrobacias hablan mal

de los caballeros erectos

y en los restaurantes

no abundan caballeros

aunque tal vez los elefantes

sean los menos caballeros

a causa de la sinuosidad 

de sus trompas.

✔ Azafrán

Ardía un infinito perfume 

en su máscara de comensal.

Él

escapaba de sí

tras los muros del aire

revelando su amargo aroma.

Nunca entendí la raíz de su violencia.

A solas 

su cuerpo escribía

el lenguaje afilado de la muerte.

✔ Sal

Un poco de sal

sobre el cuerpo desnudo

y la carne vivirá

en la entrega apesadumbra de la noche.

✔ Arroz

Toco tu boca

             entreabierta

sin quebrantar la seriedad

que gobierna tu cara,

de pronto todo hierve

en un breve y terrible absorber

simultáneo de aliento.

Recomendaciones para la mesa

Mullir el mantel hasta palpitar de pronto una  

                                                                  G

                                                       A

                                                    L

                                                          A

                                                                X

                                                                      I

                                                            A

II

Las velas en la mesa están de más,

el lenguaje afilado

o el coro del silencio

se transforman en esa dulce melodía

cuando las cucharas lleguen a nuestras bocas.

III

Las servilletas dobladas

servirán para limpiarse las pestañas

de esas cosas que escupen las calles

sobre las colillas del ojo.

IV

Si de pronto no resisten hasta después de comer:

Besarse como si tuvieran la boca llena de aves y flores.

Emplatado

Sirva el risotto al azafrán

rallando sobre él

mi ternura atada a tus ojos ciegos,

un poco más de manos ausentes

y a continuación

una cucharada de desquicie en polvo por plato.

Decore con una hierba fresca

cabalgando en el viento 

y a disfrutar. ¡Buen provecho!