MIGAJAS
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MIGAJAS

Hay mucha más hambre en el ojo del pez,

en su mero deseo de llenarse la barriga.

No basta con sudar la frente y ofrecer al diablo unos billetes.

El hambre ordena a las tripas mostrar el eros,

aguantar los clavos

ser fuertes,

inocentes.

Pactar con santos paganos,

la sed que clama en el muro

el defenestrado deseo

de huir de todo.

Hay tantas hambres en la viña

que no basta con remediar de panes y peces

estómagos rebeldes.

¿Habrá una mano generosa

otra extendida,

voluntades infértiles,

reprimidas bondades

y genios con poco tiempo para salvar el todo?

La Habana. Noviembre de 2019

Del libro inédito Un animal de triste apariencia.

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