Farmacia lunar

“Continuarán viajando cosas

de metal entre las estrellas,

subirán hombres extenuados,

violentarán la suave luna

y allí fundarán sus farmacias”.

 

Pablo Neruda

"David", Héctor Contreras

Con solo cinco versos y un final inesperado, Neruda en su poema El perezoso se adelanta en casi 60 años a esta suerte de depredación del “espacio espacial”, atiborrado de basura, satélites en desuso y autos eléctricos a la deriva. En su imprescindible Estravagario, libro extraordinario en todo sentido, Neruda nos regala en este poema una mirada sombría y exenta de heroísmo de la “carrera espacial” que se iniciaba en los años de escritura del libro. Sabemos que los y las poetas son videntes, ven más allá de los ojos simples y complejos de nuestra anatomía, lo escribimos hace unos números anteriores con Sara Teasdale respecto a la Inteligencia Artificial y a la pandemia del covid 19. Aún así, ¿se escucha a nuestros poetas?, ¿se los toma en cuenta para opinar sobre el futuro?, la respuesta es un definitivo No. 

Los poetas siempre han mirado al cielo y descubierto en la bóveda celeste a la luna presente en su ir y venir, a veces completa, a veces ensombrecida por la misma tierra, pero siempre disponible para la magia de las palabras. Imaginemos a Safo tendida de espaldas en la noche estrellada, contemplando el universo y sin poder compartir la experiencia del instante sino después a través de estos versos: “Se han puesto la luna/ y las pléyades, ya es medianoche, / las horas transcurren, y/ yo duermo sola”. O a Dante obediente a las palabras de su guía Virgilio al comienzo de su viaje: “La luna era ya redonda en la noche anterior; debes recordar bien que no te molestó a veces por la selva umbría”. o como Leopoldo Lugones en su Lunario Sentimental: “Luna, quiero cantarte / Oh ilustre anciana de las mitologías, / con todas las fuerzas de mi arte.”

¿Cuánto tiempo falta para que la luna se llene de farmacias como lo previó Neruda, mirándola tal vez atónito en las estrelladas noches de Isla Negra? La luna, ese lugar mítico que dejó de serlo , hoy ya son muchos quienes buscan explotarla, ya no es la esfera de los poetas de Dante a Shakespeare, la promesa de los enamorados, la amiga de los navegantes o La Luna de Borges: “Pitágoras  con sangre (narra una / tradición) escribía en un espejo / y los hombres leían el reflejo / en aquel otro espejo que es la luna.”

No hay poetas astronautas para llegar a la luna a pasar una temporada en alguna estación espacial, no hace falta, para ello tenemos la magia de las palabras, la valentía de decir aquello que incomoda desde cualquier lugar. No hace falta estar cerca de la luna para decirle lo hermosa que es, pues basta con la imaginación, como dice la poeta:

LA LOCA MÁS CUERDA

                                     Raquel Lanseros, poeta española.

¿Quién es el ser humano más libre de la Tierra?

¿Quién es capaz de nacer más de una vez?

¿Quién habla con los árboles? ¿Quién llueve?

¿Quién viaja hasta el umbral de otra galaxia?

¿Quién comparte las aguas con las ninfas?

¿Quién ambiciona un tiempo sin subordinación?

¿Quién traspasa un espejo? ¿Quién es el espejo?

¿Quién brinda con Ulises en el puerto de Ítaca?

¿Quién sobrevive ileso a una tormenta dentro del corazón?

¿Quién desposa al destino? ¿Quién corteja a la muerte?

¿Quién emprende una gesta aun a sabiendas de una derrota cierta?

¿Quién para con su mano los relámpagos de un dios?

¿Quién sueña con androides que soñaban con ovejas eléctricas?

¿Quién ha visto su alma? ¿Quién vence a los molinos?

¿Quién tiene largos trenes recorriendo la estepa de sus venas?

¿Con quién es comparable la belleza del fuego?

¿A quién le pertenece lo que no es de nadie?

¿Por quién siguen doblando las campanas?

¿Quién puede competir con la imaginación?

(De su libro Matria, 2018)