AGONÍAS
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AGONÍAS

Agonizo frente a la tapia del tiempo que el desamor funda su aguja para crear mis angustias

de umbrales y quinquenios grises.

Besé mis llagas sin pudor ni pensar en hedores, ni escariosos restos de alquitrán.

He vendido las yeguas de mi apocalipsis,

ensartando la fina hebra de los instintos,

al perro rabioso que protege mi cordura de los altibajos pudorosos,

de las posibles farsas y de los que ayudo cuando quieras.

Me he dibujado un rostro,

una armadura

un tremolante incendio,

un parlante y una coa para salvarme del veneno de las toxinas,

y en las putas muertes

renazco.

Pero,

que extraño,

siempre llegan otros y me inoculan su veneno.

***

Manolito como loca, se abre como un compás,

sobre el cuerpo de Alejandro (el putico)

flexiona las piernas, resopla

con su boca fustiga precoz que corre desbocada arrastrando

los augurios turgentes en la oratoria de su lengua como espada de miel.

El pobre muchacho oriental, -de Rio Seco- huérfano y esclavo

viene a poseer o a ser poseído

en la playa de arenas tristes,

a conquistar los confines de una ciudad amurallada.

Esculpida con oficio de meretriz en su invernal disgusto,

se irá el rey vencido

en un adiós,

en el éxtasis del nunca más.

Otros muchachos como peces sobre la tarde plomiza del verano.

Manuel contándome su chiste,

Reinaldo buscando ideas, abrazado a la cintura

del principio mismo.

Discursa desnudo en el balcón de los geranios,

amarra estatuas en la Habana tras la muerte del patriarca.

con la oz y el martillo

la única esperanza

para el mundo,

es polvo al polvo,

de allí venimos.

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