17 May BASTARDO
I
No fui el David con el que mis
padres soñaron
al copular en la sed.
Nunca me gustó la noche, ni el libro de las profecías,
ni el cayado o el incienso
ni las bestias,
ni los barcos,
ni los puertos vacíos.
No caminé sobre el suelo o mostré los güevos.
Siempre fui la débil criatura del domingo
que en secreto,
vestidas de muñeca,
me escapaba en el espejo.
Tenía un amigo
haciendo muecas
con la complicidad de otros.
Una madre posesiva:
-ven a preparar la cena, lava mis pies, y después toca
algo en el piano.
Mi madre, sabía y me dejaba:
el pomo con trenzas, el vestido rojo, los insultos de todos.
– puticaloca -enseñametuculito-
pobre mi madre
no sabía que yo era un juguete,
la Mesalina del barrio,
la cantimplora de
Nerón,
el náufrago
de un barco
varado en sus miedos.
II
Pinté rostros de héroes, escribí cuentos y poemas tristes.
Me negué a ser como los otros
porque ser distinto
era una rareza
y las cosas prohibidas
suelen ser pecado,
lujuria y tentación.
III
Soy el vino delicioso,
la antropofagia del caos.
Soy la mujer de rojo que espera
la condenen.