11 May DESPUÉS DE LA COSECHA
Agachados, y con sus machetes cantando
paralelos a la tierra, ¿cuántos puñados de tiempo
logran limpiar cada hora de cada día, de cada vida?
Con esos brazos bien afilados sonando
trabajan en los cafetales como si cada tronco
fuera el cuello de un ser amado.
Por sus manos
aprendí a conocer a los nómadas
de este ejército imprescindible
sin amparo, sin casa.
Esparcidos en el campo, perdidos
entre la maleza, sus dedos amputados
siembran sus raíces en lo finito.
Bajo la palabra de las plantas
(Poesía Selecta:1979 – 2009)
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