DIVIÉRTETE UN RATO EN NUESTRA ISLA
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DIVIÉRTETE UN RATO EN NUESTRA ISLA

¿Cómo llegaron de Chile a Nueva York

las llamas frías de estas uvas rojas

que acabo de comprar en el supermercado

y traigo a casa bajo la nieve?

¿Queda suficiente combustible

en el mundo para volar

de 2001 a 1973,

de un 11 de septiembre de fuego

a otro, cuando yo empezaba

mis estudios universitarios

y mi ignorancia era casi total?

El pasado no arde sin culpa,

pero mi profesor, Don Gifford,

la estrella que aún me guía,

siempre me dejaba con la mente en llamas.

“¿Cuál es el Señor en Ulises?” nos preguntaba.

“¿El Espacio o el Tiempo?” Como Joyce,

quizás, me encuentro muy despierto

en la pesadilla de la historia,

pero no sé dónde estoy en este sueño lúcido:

¿ con los amigos chilenos exiliados y torturados?

¿bajo las torres derrumbadas de la arrogancia?

Si manejara en la luna con estas uvas

que empiezan a avergonzarme

detendría mi carro para apreciar la aurora

de un hermoso globo terráqueo azul

lejos de los conflictos humanos

pero cerca de mi carne tan enferma

como la tierra recorrida por tantos vehículos

con los tanques sedientos de gasolina.

Veo el lema de la compañía que nos deja saciados:

Diviértete un rato en nuestra isla.

Bajo la palabra de las plantas

(Poesía Selecta:1979 – 2009)

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