Para amarte

preciso la torpeza del hastío.

Para soportar

es necesaria tu ausencia.

Hoy invoco la luz de un ciego,

la voz del silenciado.

Si has de amarme

es preferible la distancia,

un pacto contra tus manos,

el milagro de un abismo,

la historia de nunca más.

Quiero perderme

como Alicia en un país de maravillas,

encontrar mi Viernes

en una playa poblada,

salir por las calles

como el marqués de Carabás

y decirle adiós a tu risa

y a la hoja aquella

que firmé una tarde.

De Soledad (2002)