HABLANDO CON MIS GUSANOS
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HABLANDO CON MIS GUSANOS

Anoche hablé con los Gusanos

que se comerán mis ojos, mi lengua y mis orejas

un día de estos a lo mejor no tan lejano.

Por ahora mastican Amapolas y raíces de Guanábana

matando el tiempo hasta la caída de mi cuerpo

acurrucado en su casa de Pino.

Ellos dicen que no me dolerá:

un leve cosquilleo en las uñas de mis pies

y alguno que otro escalofrío en las tripas

será el aviso de su minuciosa faena.

Me han prometido fundirme con la tierra,

deslizarme sobre los colores de las mariposas

y lloverme en rapadura dorada

sobre el techo del cuarto de mis libros.

Pasarán ardorosos sus bocas

hasta desprender la pulpa de mis manos,

huesos grises y blancos serán la fortuna

que dejaré entre las tablas.

En el cerebro derramado sobre el lienzo

de un poema perdurable

irán descifrando letra a letra

hasta llegar a los árboles, piedras y flores.

Me han dicho que regresaré

en la musical corteza de un ronco Espavel,

o en la encolochada siesta de los Chilamates.

El sueño con mis Gusanos

es lo más prudente que he podido escribir

sobre la vida.

De Coyol quebrado (2012)

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