Yo también tuve el sueño

De estar explorando desconcertadamente

Una infinita sucesión de habitaciones pintadas de blanco

Que se comunicaban invariablemente una con otra en un juego de espejos

Sintiéndome abandonado y sin la esperanza de encontrar a alguien más

Algo tiene que morir para que nazca la vida, me dijo

¿De qué lugar vienes?

-Solo le llamamos lugar, respondí.