INECUACIÓN
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INECUACIÓN

saltábamos montículos montados en nuestros vehículos de infantes
saltábamos nubes con nuestras mentes infinitas
saltábamos de un lugar a otro tele transportados por nuestros sueños
saltábamos de la mañana a la tarde aprendiendo reglas ortográficas
saltábamos elásticos como queriendo conquistar el mundo
saltábamos de las sumas a las álgebras
saltábamos de los átomos a las células
saltábamos inquebrantables como el cronómetro
saltábamos en un píe persiguiendo al contrincante
saltábamos los sábados al despertarnos con “nubeluz”
saltábamos los domingos esperando “cachureos”
saltábamos esperando yeiyou y a mario maracus
saltábamos esperando el beso verde cuando jugábamos al semáforo
saltábamos cuando nadie nos cortaba las cadenas
saltábamos las cuerdas mentes de todos los cuerdos cazadores de niños
saltábamos rejas, murallas, alambradas en busca de los balones
saltábamos y asaltábamos el huerto de lo orgánico
saltábamos cuando ganábamos o perdíamos un partido
saltábamos al´ apa cuando nos convertíamos en caballitos chocadores
saltábamos a la marca cuando nos perseguían con la varilla como un látigo
saltábamos a atrapar la pelota en el aire cuando jugábamos al “bate”
saltábamos de los árboles, de las casas en los árboles,
saltábamos a jugar con los hermanos mongólicos y no nos reíamos de ellos
saltábamos de la cama a la pichanga callejera
saltábamos y en cada salto fuimos entendiendo la inecuación de la vida

Lampa, 20 enero de 2017.

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