20 Nov DICEN
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Quiero hablarte de los sórdidos
La abuela
luego de morir
anduvo sórdida
por un tiempo.
Después se le pasó.
Le cambiaron la vida
y se volvió bebé.
Le hicieron un documento
con el nombre de Alfredo.
La mecían y le cantaban
qué lindo vas a ser Alfredo!
le decían.
Y la abuela
dicen
se reía con un sonajero de elefantes.
El otro que es un sórdido fenomenal
es mi vecino
(coreano de Almagro)
las cucarachas huyen de sus venas
entran a mi casa
y se echan a morir
en el vaso de vino.
Ya lo decía mi abuela Alfredo:
El hombre coreano de Almagro
es sórdido por campeonato.
En la Plaza Tuñon
(más sórdida que sus murales)
Una chica
se hamaca a la tardecita
sola
y cuando se mece
y sube
por los aires sentada
más grave se oye
todo el cielo