Y si el electrón ha decidido

conservar su elipsis arbitraria

a pesar de lo que en su momento le advirtiera el Santo Oficio

Sosteniéndose  a sí mismo en el aire

contra la razón de la razón pura

En el medio del jardín que pulsa y lo contiene

En el centro del corazón de mi hijo Santiago

Que juega con su gato a mediodía

¿Por qué algunos de estos mismos

-Oh franqueza fatal-

Electrones de la eternidad posible

Matan o mueren

En las manos de las cosas

Que matan o son asesinadas?

¿No es el electrón un punto

solo

que transita?

Es más bien un garrochista

En medio del  Amor y el Desamparo

Un niño que vibra

entre la Imaginación y el Tedio

O bien  el electrón presenta dudas al moverse

Y desde aquel micro segundo en que no es visto,

Vuelve como Kurtz desde el pavor

O como el mismo Jesús que regresaba

De sus innumerables historias sucesivas,

Para al final decidir su domicilio

Con Ahab amarrado a la Ballena

O el asesino limpiando su cuchillo