19 Nov Muchos conocieron tu santidad en la hundidas calles…
Muchos conocieron tu santidad en la hundidas calles;
la Biblia, la Biblia abierta:
te flanqueaban frágiles paredes de madera.
A merced de la vacuidad, ya no debemos contar los años;
en los cerros se deslizan pequeñas serpientes amarillas,
en los reductos la incertidumbre resquebraja las monedas.
Padre André Jarlan, por ti,
mientras un tiempo iridiscente golpea los Cristos y las cruces,
se sostiene y todavía sangra nuestra Iglesia, nuestra religión.
*
Rostros
de ojos
duros descubiertos por el brillo de la muerte.
Padre, tú ya perdonaste.
(Inédito)
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