Hay hombres que lanzan misiles.
Y aseguran que un verso no cambia el curso de sus días.
Ni le altera el calendario.
Y un poema puede ser apenas un brote que intenta y no se atreve.
Y pasan las estaciones y ahí permanece como niño mimado.
Con una estrofa.
Con un poema completo.
No llegas
No alcanza ni para migajas -dicen-
Yo digo
Prueba y susúrralo suave.
Verás cómo se alargan unos brazos para estrechar otros
en ellos.
Y las estrellas.
-Siempre que ellas así lo quieran-
Podrán enseñarte -entre gemido y suspiro-
El infinito y cada una de las constelaciones.
Hay mujeres que no lanzan misiles.
Solo disparan a quema ropa.
Inédito