Llegará el día en que los edificios
volverán a ser árboles y por sus rotundas formas,
escapará el trino de un pájaro que se salvó de la caza.
Y todo bajo el mismo pedazo de cielo.
Llegará el día,
en que los dolores
serán simples ramos de flores efímeras,
como el primer día de domingo,
en el sur con lluvia y todo.
Todo será primero,
el primer beso,
la primera intención,
la mínima lágrima.
El faro iluminará cada orilla,
cada ola en punta de pie,
irá y vendrá
envuelta en plácida espuma.
Nadie sufrirá por haber nacido
en mapuche tierra,
porque los rostros serán como el tuyo
y el mío.
Y un pequeño de ojos colmados
será testigo
de todo aquello
hijo.
de Última Esperanza, 2016