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Revista de Poesía y Arte ISSN 2735-7627, Invierno, Año 5. Nº11, mayo 2025

Abedules

Afuera la lluvia brama y en la evocación de un tiempo vivido
nace este poema.

La nieve se deja caer sobre las ramas marchitas.
Y en el silencio de la noche
se oye a la escarcha cortando el sendero.

En la estación del invierno
son abedules los que crujen.
Son las cúpulas frías del cielo
las que se deslizan desde lo alto.

A la nieve.
Al viento inmutable en el rostro.
Al piso resbaladizo.
Al deshielo.
A los abedules los conocí cuando habité la estepa rusa.

Antes fui una mujer en la sombra.
(La autoridad iba por mi huella)
Después los míos me declararon indivisible.
Y culminé el trayecto en una sala moscovita donde se estudiaba literatura.

La tumba de Lenin.
El Coro del Ejército rojo.
El Parque Gorki.

Aprendí que el verano es frío sin embargo luminoso.
Que los abedules se muestran eternos en cada estación del tiempo
y que el río de Moscú se congela lentamente
formando un delicado y oscuro espejo sobre tus pies.
Que los poetas rusos se suicidaban jóvenes y a las poetas las excluían.

Y entonces no sabes cómo amar a este extraño país.

No solo se repasaba a los clásicos.

No obstante
lo que mejor aprendí fue
a deslizarme sobre la nieve
sin medir las consecuencias.

Inédito